Más ansiedad es igual a más sudor
Más ansiedad = Más sudor
En realidad, nuestro organismo responde de manera diferente ante la ansiedad. Lo usual es que aumente el ritmo cardíaco, tus pupilas se dilaten y tengas problemas para respirar, lo cual se debe a que diferentes hormonas, conocidas en sentido general como “las hormonas del estrés”, están circulando por tu sangre y varían tu metabolismo.
Todo este sistema te prepara para reaccionar ante un posible peligro.
Sin embargo, con todas estas hormonas dando vueltas, no es extraño que tu cuerpo planee deshacerse de ellas, ya sea a través de la orina, el vómito o el sudor. Por tanto, cuando comienzas a sudar porque estás ansioso, lo que sucede es que tu organismo está eliminando ese exceso de hormonas.
Esto también se debe a que esas hormonas estimulan algunas áreas del cerebro estrechamente vinculadas a las funciones corporales, como el hipotálamo que, al activarse, dispara el funcionamiento de las glándulas sudoríparas.
Ante tantos cambios a nivel metabólico, no es extraño que nuestro olor varíe, si bien no siempre somos capaces de percibirlo.
Destilamos lo que algunos científicos han catalogado como “el olor de la ansiedad”.
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Oler la ansiedad cambia nuestro comportamiento
Ya sabemos que cuando estamos ansiosos liberamos ciertas hormonas a través del sudor. Estas no son detectables a nivel consciente pero no pasan desapercibidas para nuestro subconsciente. Así lo ha demostrado un estudio realizado en la Universidad de Múnich.
Estos investigadores reclutaron a 30 personas sanas, que se involucraron en un juego económico en el cual podían tomar decisiones más conservadoras o más arriesgadas. Curiosamente, aquellos que fueron expuestos al olor de personas ansiosas (una muestra recogida en un recipiente), se demoraron mucho en decidir pero tomaron las decisiones más arriesgadas. En otras palabras, somos capaces de percibir la ansiedad a través del olor y eso incide en nuestras decisiones.
Vale aclarar que este no es el único estudio que nos indica que somos capaces de oler la ansiedad. Investigadores de la Universidad de Kiel reclutaron a 28 estudiantes que debían oler diferentes aromas mientras escaneaban sus cerebros. Entre estos aromas se encontraba el de estudiantes que estaban ansiosos ya que debían enfrentar un examen oral muy importante y el de personas que se habían sometido a una actividad física intensa.
Sorprendentemente, los participantes no notaron diferencias en los aromas de las personas pero su cerebro no indicó lo mismo. Los neurocientíficos apreciaron que el olor de la ansiedad activaba zonas vinculadas con el procesamiento emocional y la empatía, como la ínsula, el giro cingulado anterior, el giro fusiforme y la corteza prefrontal.
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Fuentes:
►Haegler, K. et. Al. (2010) No fear no risk! Human risk behavior is affected by chemosensory anxiety signals. Neuropsychologia; 48(13): 3901-3908.
►Prehn-Kristensen, A., et. Al. (2009) Induction of Empathy by the Smell of Anxiety. PLoS ONE; 4 (6)
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