10 maneras de sentirte mejor con tu apariencia
Si sientes que la manera en la que te ves y la manera en la que te sientes no concuerdan, estos consejos podrían ayudarte a balancearlos.
¿Alguna vez te ha espantado ver tu reflejo en un espejo o ventana? Tal vez no te habías dado cuenta de que tu cara se ve muy seria o que las raíces de tu cabello eran tan grises. Sin importar cuánto nos esforcemos por enfocarnos en las cualidades internas de la gente, es difícil no estar al menos un poco preocupados con la manera en la que nos vemos, tanto nosotros mismos como los demás.
Algunos individuos llegan tan lejos en la atención de su aspecto que basan gran parte de su autoestima en la manera que creen que se ven. Los individuos que tienen un alto coeficiente de lo que los psicólogos llaman autovaloración dependiente de la apariencia se esforzarán mucho por mantener lo que consideran como un aspecto atractivo. En una sociedad que enfatiza la apariencia, es fácil permitir que nuestros sentimientos sobre el aspecto se sobrepongan a otros aspectos de nuestra autoestima. Las mujeres son particularmente vulnerables a una autovaloración dependiente de la apariencia, algunos creen que esto se debe a que los cuerpos y rostros de las mujeres son frecuentemente objetivados en los medios. Esas mujeres pueden llegar a esforzarse demasiado por verse bien, a veces incluso sacrificando ser o aparentar ser competentes.
Además de la autovaloración dependiente de la apariencia, existe la autoestima por apariencia, los sentimientos de satisfacción que tenemos en cuanto a nuestro aspecto. Si tenemos una alta autovaloración dependiente de la apariencia, entonces nuestra autoestima general estará altamente influenciada por nuestro autoestima por apariencia. De otra manera probablemente estaremos perfectamente cómodos con nuestros aspecto, pero esto no influirá en cómo nos sentimos sobre nosotros mismos como personas.
Envejecer presenta un reto particular para el autoestima por apariencia de las mujeres porque con cada año que pasa, los medios nos quieren hacer creer que su belleza se está desvaneciendo. Tal vez Cleopatra fue capaz de evadir este destino, según la obra de Shakespeare que dice: "la edad no era capaz de marchitarla, ni la costumbre de viciar su variedad infinita". Pero, para el resto de nosotros, nuestro destino aparente es marchitarnos continuamente, al menos según nuestras representaciones actuales de mujeres envejeciendo. Y las mujeres con un alto coeficiente de autovaloración dependiente de la apariencia serán particularmente vulnerables a los efectos del envejecimiento en una sociedad que equipara a la juventud con qué tan atractiva es una persona.
Amy Noser y Virgil Zeigler-Hill de la Universidad de Oakland en Michigan (2014) querían descubrir si las mujeres que tenían más probabilidades de objetivar sus cuerpos, a su vez tendrían más probabilidades de mostrar una asociación positiva entre la autovaloración dependiente de la apariencia (pensar que la apariencia es importante) y el autoestima por apariencia (sentirse satisfecho con el propio cuerpo). Midieron qué tanto objetivaban a alguien mediante tres medidas de lo que se conoce como escalas de consciencia de cuerpo objetivado: Vigilancia del cuerpo ("con frecuencia pienso en cómo me veo"); Vergüenza corporal ("me avergüenzo cuando no me esfuerzo por verme lo mejor posible"); y Creencias de control ("creo que un apersona puede verse como quiera si está dispuesta a trabajar por ello").
Las participantes en el estudio eran 465 universitarias que tal vez no estaban en los años más críticos de adultez media y posterior, pero sí representaban una población vulnerable. Cuando estás desarrollando tu sentido de identidad en una cultura que enfatiza la belleza en las mujeres, el grado al que mantengas estas creencias puede tener un papel importante en tu desarrollo de concepto personal general. Las mujeres a esta edad también tienen un alto riesgo de caer en trastornos alimenticios que se pueden desarrollar mientras intentan encajar en los ideales de la sociedad.
Tomando en cuenta otros factores, como la autoestima general, el índice de masa corporal y la edad, Noser y Zeigler-Hill fueron capaces de aplicar un modelo estadístico complejo para crear conexiones entre la autovaloración dependiente de la apariencia y el autoestima sobre la apariencia. Las creencias de control no tuvieron influencia importantes en el autoestima por apariencia. Sin embargo, estos hallazgos respaldan las predicciones generales del estudio que sugieren que las mujeres que están muy conscientes del aspecto de su cuerpo, incluyendo sus defectos culturalmente definidos, tienen más probabilidades de sufrir efectos negativos sobre su autoestima a partir de la práctica de definirse a sí mismas en términos de su apariencia.
A la luz de estos hallazgos, observemos algunas maneras prácticas en las que podemos repensar nuestra propia autoestima por apariencia:
1. Tirar a la basura los ideales de belleza convencionales definidos por los medios. No vas a cambiar la definición de belleza de la sociedad, pero sí puedes cambiar la tuya. No te enfoques en la belleza que ves en los comerciales, sino en la belleza que ves en las personas de la vida real que admiras.
2.Definirte de maneras distintas a cómo te ves. Que tu autoestima dependa de tus cualidades internas, no externas. Concéntrate en lo que te gusta de tus habilidades, personalidad, relaciones y perspectiva del mundo. Todas ellas son cosas que invariablemente mostrarán mejoras con el tiempo y suelen ser más intercambiables que nuestras características faciales o corporales.
3.No entrar en pánico cuando sientas que te "ves mal". La ansiedad y el estrés pueden causar estragos reales en nuestro rostro, así que, mientras más te estreses por eso, más probable será que muestres señales externas que te den un aspecto menos agradable.
4.Sonreír. En una nota relacionada, acomodar tus facciones para que muestren una expresión placentera cuando ves a la gente puede ayudar mucho a darte una apariencia más placentera. Aunque suene cursi, es verdad que a la gente le gusta cuando otros sonríen. Además, de acuerdo con la hipótesis de retroalimentación facial, sonreír también puede mejorar tu humor.
5.Olvidar el maquillaje. Intenta un día o dos completamente libre de maquillaje. Tal vez resulte que te ves mejor cuando tu piel tiene la oportunidad de respirar y tus pestañas no están aplastadas debajo de tanto rimel.
6.Usar ropa cómoda. Así como el maquillaje, también puedes olvidarte de la ropa que crees necesitar usar para verte a la moda. Al hacerlo por un par de días, es posible que deje de parecerte tan importante hacerlo y que te animes a buscar ropa que vaya más con tu personalidad.
7.Tomar un descanso del espejo. No rompas tus espejos, pero toma un descanso breve de estar revisándolo constantemente. Evita mirarte subrepticiamente en el retrovisor o en una vitrina mientras pasas. En lugar de eso, enfócate en cómo te sientes por dentro.
8.Enfocarse en la salud. Estar preocupada por la forma de tu cuerpo por cómo se ve no es benéfico para tu bienestar general; mejor preocúpate por cómo funciona tu cuerpo. Dedícate a hacer suficiente ejercicio y comer bien para estar en forma, pero no hasta el punto de forzarte a reflejar la imagen de una modelo.
9.Usar a otros como jueces. Tal vez crees que tu nariz es demasiado grande y que tus pecas son un desastre, pero aquellos que te quieren probablemente piensan que esas características que tu odias son las más bonitas. Si sientes que te te ves "rara" o "gorda", pregúntale a tus más allegados. Tal vez te sorprendan diciéndote que no necesitas tanto maquillaje o ropa de moda para lucir como la persona que amas.
10.Aceptar el envejecimiento con gracia. Compararte constantemente de maneras desfavorables con personas que son años, si no es que décadas, más jóvenes, inevitablemente reducirá tu autoestima. Incluso compararte con figuras de Hollywood de tu edad puede causar frustraciones. La mayoría de nosotros no podemos darnos el lujo de tratamientos de spa y faciales frecuentes, mucho menos de cirugías plásticas, y nadie nunca le gana la batalla al calendario. Te verás más vieja conforme vayas envejeciendo ¡pero sigue siendo mejor que la alternativa!
Superar los años de adoctrinamiento de la perspectiva de nuestra sociedad sobre la belleza no será una transición fácil. Pero, conforme avances en esta lista, eventualmente llegarás a un punto en el que puedas definir tu identidad en términos que te permitan obtener satisfacción duradera.